martes, 7 de agosto de 2007

Conexión celestial

Se levantó de la cama y se metió a bañar mientras ella se quedaba tendida en la cama, terminó de vestirse y salió, escuchó de fondo la pregunta que parecía retórica: "Quieres que te acompañe?"
Él se limitó a elevar la mirada y esbozar una pequeña sonrisa entre la que se ocultaban indefinidas una alusión materna y un bosquejo de diversión ante el especímen tan raro que se encontraba en el otro cuarto, al cual le daba exactamente lo mismo que él tuviera que enfrentarse a realizar un trámite a las seis de la madrugada del cuál desconocía el procedimiento y que ella se lo sabía al dedillo pero prefería quedarse descansando.
Entre decepcionado y triste decidió salir a enfrentar lo que viniera por su propia cuenta, llegó a la oficina y después de realizar una fila que se antojaba eterna, entró a la oficina, adentro había otra cola.
"Chale, tengo hambre, no voy a poder comer nada hasta las 4 de la tarde que salga de trabajar, aquella plácidamente echadota en la cama sin tomarse la molestia de traerme ni una manzana, no fuera ella porque habría dejado de dormir por prepararle el desayuno, eso me pasa por... amable".
Al interior se encontró una silla donde permaneció esperando su turno, a su lado se sentó una mujer que empezó a hacerle la plática y le contó la razón por la cuál ella también se encontraba ahí, él le contó que era periodista y ella que era maestra de educación física, hablaron de los niños, de la educación, de los valores morales, de la situación en sus respectivos países, hasta que él se dió cuenta que tenía que entrar a trabajar (tenía un año buscando trabajo y éste era su segundo día), faltaban más de dos horas para que lo atendieran, tendría que regresar al otro día, de nuevo hacer la fila y esperar correr con mejor suerte... cuando de repente ella le dijo: "oye, porqué no hablas con algún funcionario y les explicas que llevas aquí formado todo el día y que te atiendan mañana sin que te fomes", él se le quedó viendo con cara de "está hablando en serio?" y ella al ver su reacción le contestó: "anda, vamos periodista, que no te de miedo, piensa positivo, yo te apoyo!", de pronto el brillo en la mirada de esa mujer salpicó la mirada de nuestro protagonista que estaba hambriento, un poco triste y apurado.... en ese momento un rayo de luz se posó sobre él, sintió el empuje de una fuerza divina que lo llevó a encontrar una posible solución que él ni siquiera había imaginado, lo hizo, lo consiguió, estaba feliz, salió después de obtener el sí y sólo tomó la mano de ella y le dijo: "Gracias!" acompañado de una enorme sonrisa y esa salpicadura de brillo en sus ojos.

Sabía que era posible no volverla a ver nunca y también sabía que ella jamás sabría que ese apoyo que le brindó le transformó la vida, ya que ahora podría andar por las calles sin miedo de que lo detuvieran y podría trabajar como cualquier persona, gracias al consejo y al apoyo que ella le brindó.

Sabía que no olvidaría ese momento y había confirmado una vez más que Dios utilizaba a las personas para conseguir cosas importantes, lo que el no sabía es que cuando él se fué la gente se sintió más tranquila ya que durante tres horas lo habían visto hablando sólo.

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