sábado, 3 de mayo de 2008

Dios Responde

Vladimir caminó por el bosque, faltaba poco para llegar a la capilla de los milagros, necesitaba urgentemente un trabajo que le permitiera enviar dinero a su esposa y cuatro hijos en Europa del este, buscaba respuestas, necesitaba entender porqué pasaba lo que pasaba.



Después de haber caminado un día entero, llegó a una aldea y se acercó a un pozo para beber un poco de agua, se encontró con una mujer de mediana edad quién se dirigía al mismo lugar con sus pequeños hijos corriendo alrededor.



La mujer, robusta y con ojos alegres le saludó: "Qué tal!!! se dirige a la capilla?", él respondió tímidamente y con una sonrisa moviendo la cabeza afirmativamente. Caminaron juntos hacia el depósito de agua y ella le compartió un poco mientras le decía: "la vida tiene extraños caminos, no se agobie, todo tiene solución, puede ver aquella casa en la cima del monte?, rodeada de pastizales?, esa es mi casa... pero no fue nada fácil conseguirla, mi marido tampoco tenía trabajo, yo caí enferma y no teníamos familia que nos echara la mano, pero no perdimos la Fé, cada instante le rogabamos al Cielo que nos ayudara, que no se olvidara de nosotros y Dios nos contestó, sólo que no como nosotros pensabamos....

Antes de conocernos mi marido era un hombre pendenciero, decidió cambiar de vida y nos encontramos una mañana de San Juán, en sus oraciones le pedía a Dios tener paciencia para no liarse a golpes con todo aquél que contrariara su opinión y ¿qué se imagina que pasó?.... pues me embarazé!!!, Dios respondió a sus oraciones dándole la paciencia que necesitaba a través de un primogénito, posteriormente necesitaba un trabajo y empezó a aprender el oficio de panadero, llevaba ya todo el otoño trabajando en el expendio, todas las mañanas cargaba costales, molía harina y horneaba el pan, poco a poco fue aprendiendo el arte de hacer pan, le pagaban con todas las piezas que él quisiera, así es que pan no nos faltaba, ya me encargaba yo cada día de intercambiar el pan por patatas, jamón, leche ó huevos, poco a poco ibamos saliendo adelante cada día..... ahora en nuestras oraciones pedíamos tener una casa nuestra.

Una mañana un hombre que caminaba frente al expendio se acercó a mi marido y le propuso un negocio, él montaría una tienda similar en otra aldea y necesitaba a una persona que se hiciera cargo de ella, tomamos nuestras pocas posesiones materiales y dejamos la aldea dónde nos conocimos, el dueño tenía unos terrenos que no sembraba y una cazucha desvencijada en la punta del cerro, como era un hombre muy generoso, se la dejó a cambio de que cuidáramos el terreno, curiosamente en ese momento yo oraba a Dios por tener un trabajo ó encontrar la forma de allegarme recursos para no tener que sufrir cada vez que mis hijos necesitaban visitar al médico y entonces... tuve aquel accidente en una de las habitaciones de la casucha, tropecé con una viga mal colocada y un clavo oxidado se clavó en mi tobillo derecho, tuve fiebres y perdí parcialmente la sensibilidad de mi pierna derecha, por esa razón cojeo. Al enterarse el jefe de mi marido decidió darme una cantidad de dinero para compensarnos por el accidente y no tuve de que preocuparme temporalmente.

Todo pasa por algo, muchas veces en el corto plazo no lo entendemos pero cuando volvemos la vista atrás todo cobra sentido, así es que usted no se mortifique..."

Vladimir agradeció el agua y la conversación, se despidió de ella mientras pensaba que él había pedido en sus oraciones una señal que le indicara que había tomado la decisión correcta al emprender el camino hacia la capilla de los milagros..... mientras ambos se alejaban... la fornida mujer daba gracias a Dios porque le había enviado a alguien con quien hablar; cada uno compartía una convicción: Dios responde a todas las oraciones, en ocasiones de forma diferente a lo que pensamos, pero siempre... SIEMPRE responde.

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