martes, 11 de septiembre de 2007

Profeta en su tierra

A Quién no le gusta ser profeta en su tierra?, cuántas personas no dejan cada día su país de origen en vías de mejorar ciertas habilidades que les permitan a su regreso al lugar natal, contribuir en algo a una mejor calidad de vida de sus compatriotas?

Esta es la historia de un jóven hindú que había nacido en una casta ocupada en ayudar a los demás, todos en su familia lo hacían, lo heredaban de generación en generación, desde su tatarabuela quien (a pesar de pertenecer a una familia adinerada, decidió renunciar a la protección paterna para asistir a los menos favorecidos con sus conocimientos de enfermería en plena guerra civil interna), pasando por sus abuelitos, mamá, hermana, etc., todos absolutamente lo hacían en la medida de sus posibilidades, lo interesante de los Ecnop-Ek es que no importaba a qué se dedicaran (maestros, administradores, cocineros, políticos) cada uno tenía la clara misión inscrita en sus genes de ayudar a los demás desde su "trinchera personal".

Sucedió así que uno de los jóvenes miembros de la casta no sabía cuál era su lugar, sabía que estaba cumpliendo con esa misión de la familia que lo colmaba de satisfacción (cada día ayudaba a alguien o "algo", aunque la gente no se diera cuenta, siguiendo el ejemplo de su madre, abuelito y demás parentela), había ayudado a alfabetizar, cuidaba enfermos en sus ratos libres, recogía perros de la calle, pero en el fondo de su corazón sabía que había algo que lo hacía feliz y que quería compartir con los demás: la capacidad de hilvanar palabras para elaborar un tejido mágico que cobijara del frío al corazón y que a la vez, refrescara la mente. Creía ser un alquimista lírico.

Escribía y entregaba el fruto de sus esfuerzos mentales a una de las personas más severas con él (pero que sabía que daría su vida también si fuera necesario) por ayudarlo en caso de alguna necesidad: su hermana, el problema es que la extrema sensibilidad de su hermana y constantes ocupaciones, así como la ausencia total del gusto por la lectura le impedían concretar ese compartir anhelado.

Cada día le dejaba a su hermana a un costado de su mesa de noche un escrito nuevo y cada tarde le hacía la misma pregunta: "leíste lo que te dejé?", la respuesta siempre era la misma: "sabes que no" y él se entristecía, sabía que si lo compartía con alguien más recibiría halagos innecesarios así es que decidió probar suerte y viajó a tierras lejanas para explorar lo que consideraba era una facultad.

A pesar de haber partido, todas las noches guardaba una copia del fruto del trabajo lírico y lo enviaba a su familia... el tiempo pasó y regresó al hogar, sabía que gente (a la cuál quizás no conocería físicamente nunca) se había adentrado en rincones de su alma y vida al leer parte de sus obras durante su viaje por el mundo, pero no tenía la certeza plena todavía de que ese "talento" ayudaba en algo a los seres humanos.

En su casa lo recibieron con mucho gusto, y lo primero que hizo al ver a su hermana de ojos brillantes fue repetir el ritualista diálogo de :"leíste lo que te mandé?", con la consabida respuesta: "ya sabes que no leo, lo haré después".

Se encontraba sólo en la sala cuando se adentró a saludar a la matriarca, la gran abuelita de la familia, quién, a pesar de que sus rodillas iban cediendo con el tiempo, transmitía una fuerza vital gracias a la agilidad mental que la caracterizaba, (en realidad él pensaba que las rodillas le fallaban porque su espíritu crecía y crecía de tal forma que el alma no le cabía en el cuerpo), sentados en la sala a dónde tantas veces la veía leer se le ocurrió decirle: "Abue, en mis ratos libres he escrito un poco, quieres escucharlo?". La abuelita se puso muy seria, se incorporó y le dijo: "Bueno, pero hazlo muy bien porque te voy a calificar" (como buena maestra que era), dicho lo anterior acompañado de una dulce sonrisa cómplice; su nieto comenzó con una historia, luego otra y las horas pasaron..... rieron, lloraron y de pronto el tiempo se detuvo, a cada historia crecía el deseo incontenible de narrar otra (por parte de él) y por parte de ella de escucharla. Al final ella le dijo: "Estoy orgullosa de que seas mi nieto, no puedes negar que llevas la sangre de los Ecnop Ek en las venas, gracias porque con tus relatos me has devuelto las ganas de vivir".

Fué entonces cuando él una vez más agradeció a Dios el ser quien era ya que a pesar de los desatinos de su vida y de haber atravesado el mundo, se dió cuenta de que era profeta en su tierra y que a través de las palabras, mientras el emisor desahogaba su alma, el receptor también lo hacía (aunque él no tuviera la certeza).

Tal vez eso nos pasa a todos, no sabemos el alcance de unas palabras sinceras y amorosas en un corazón dispuesto a recibirlas, tal vez hayamos cambiado vidas con alguna frase, aunque nunca lo sepamos.

Amor y Luz para todos.
=)

Con todo mi amor para mi familia, en especial para Yoda y las aguerridas Adelas Velardes que hay en mí y en mi árbol genealógico.

3 comentarios:

Jessica Sosa Echagaray dijo...

vaya!!! que lindo relato!!! escribes muy bien!!!
pero donde habias estado???
es mi primera vez por aqui, y promweto regresar :D

La Espantosísima X dijo...

Gracias Jess purple moon, Bienvenida a mi espacio, tu visita es muy grata para ésta tu servilleta.
que se repita, que se repita!!!!

Anónimo dijo...

increible tu relato, me e identificado mucho con el curiosamente yo soy como la hermana de este presonaje y puedo decir que tienes muchisima razon con lo que dices acerca del poder de las palabras ya que me haz hecho conciencia y puedo decirte que a pesar de que a mi me choca leer y me da mucha flojera me doycuenta que es bien importante y mas cuando tus seres queridos te lo dicen fue un placer estar por aqui y veras que pasare mas tiempo de visita }
att::: lizzy ( el clon de la hermana del personaje)
ten por seguro que si tuviera a mi hermana serca le pediria una disculpa por no haberle prestado atencion a lo que me pedia y le diria con todo el corazon que la quiero muchisimo y que siempre contara con migo apesar de mi flojera mental y mal habito de la lectura gracias espantos x por tus enseñanzas