sábado, 21 de junio de 2008

Don de la Ubicuidad

Facundo Cabral suele decir que él no lleva agenda ya que las cosas que hace cada día se las dicta el corazón y no una planeación premeditada, estoy totalmente de acuerdo con él, lamentablemente existen trámites burrocráticos y cuestiones administrativas que nos reclaman tiempo y atención, factores que no les daríamos importancia a menos que de ellos dependiera la concreción de alguna cuestión trascendente.

Gracias a uno de esos descuidos y a una actitud holgadamente relajada, olvidé apuntar compromisos importantes, sumamente IMPORTANTES, razón por la cuál tendré que estar en dos lugares a la vez (a la misma hora en direcciones opuestas), en uno para ser examinada y en otro para hacerlo yo, a menos que se me ocurra crear una puerta dimensional, no tengo ni la más remota idea de cómo lo resolveré, sé que los dos compromisos son inamovibles ya que por culpa de uno tuve que mover el otro, pero no me di cuenta de que caminaba directo a una maraña en el espacio- tiempo de la cuál ignoro cómo saldré.

¿Encontraré una doble?, y en el caso de que la encuentre ¿tendrá su agenda libre para el miércoles?, y en caso de que tenga espacio ¿no será porque olvidó anotarlo en su lista de actividades?, y si tiene todo minuciosamente registrado en su lista de actividades (como si fuera una versión actualizada de mí misma), ¿aceptaría ir a uno de los compromisos GRATIS?, ¿podría entender ella cómo me siento? o no por ser tan meticulosa.

Aunque si existiera y fuera tan meticulosa, probablemente me caería mal, no le pediría ningún favor y quedaría con el mismo problema sin resolver...

Sólo queda, como casi siempre... ESPERAR UN MILAGRO y que el desdoblamiento astral haga el resto, eso ó la comprensión de alguna de las dos citas con la que seguramente llegaré un poco tarde.

Chingao!

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