lunes, 7 de abril de 2008

Prólogo de la ceguera de amor

El avión está a punto de despegar, me duele dejar Catalandia, la sensación se repite, es como tener cinta plateada pegada en el corazón que se arranca sin piedad y se lleva pedazos de tí, no vuelve a ser lo mismo, no voy completo de regreso ya que una parte de mí se queda recorriendo sus calles, contemplando a su gente, sintiendo el aire mientras recuerdo palmo a palmo tu cuerpo, esa tangibilidad que enfrasca un toque divino, cuyo aura me compartes y cuyo aura te comparto.

Nos encontramos y permitimos que el otro se adentre a nuestro espacio vital, somos dos que se hacen uno, nos invitamos, nos disfrutamos, nos dormimos, nos tapamos, nos arrullamos, nos besamos, nos resguardamos de las mínimas filtraciones, nos inventamos conceptos, nos recreamos el uno al otro, nos perdemos, nos encontramos, nos apoyamos, conjugamos el mismo verbo en primera persona del singular y plural...... el amor desborda mis ojos y sin quererlo..... lloro, así es que cuando me preguntes "ya estás llorando otra vez?", ya sabes la razón.

Te Amo


Mientras el 50% de esa pareja desgranaba su corazón, las lágrimas de amor le habían impedido detectar que el objeto de su amor no correspondía el sentimiento, aunque todo pareciera indicar lo contrario.

El amor es ciego, lo nublan las lágrimas de felicidad, que provienen de algo tangible ó de una ilusión (compartida ó no).

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