Lo miraba desde lejos y ella asumía que él era en su vida lo que los gigantes para Don Quijote, era su némesis particular, gracias a su locura lo veía como alguien desbordado, pero en el fondo sólo era un molino de viento ... ¿Quién era sancho?
" ... Pero sube en tu jumento, Sancho bueno, y vente detrás de mí, que Dios, que provee todas las cosas, no nos ha de faltar, y más andando tan en su servicio como andamos; pues no falta a los mosquitos el aire, ni a los gusanillos la tierra, ni a los renacuajos el agua, y es tan piadoso que hace salir el sol sobre los buenos y los malos y llueve sobre los injustos y los justos."
Don Quijote, Capítulo VII: "La aventura de los rebaños", pág. 80
1 comentario:
Ajá.
En mi casa...siempre está esa frase para todo. "Dios proveerá", aún no sabemos como le hace o si siquiera existe...pero siempre hay.
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