lunes, 19 de noviembre de 2007

El problema de estar enamorada de la Radio

Cuándo se encuentra ó se puede afirmar que encontramos el amor verdadero?, probablemente cuando después de superar esa etapa de emoción inicial, coqueteos y "poses ensayadas" conocemos la verdadera esencia del objeto de nuestro amor, llámese marmaja, animales, zapatos u "hommo sappiens", aunque en algunos casos extraordinarios cómo el de quién escribe, esa extraña relación de "amor-odio" ha sido establecida con todo un mundo mágico a través del cuál se puede entrar por medio de un aparato receptor de ondas hertzianas.

¿Qué es la radio?, depende quién se plantee esta cuestión, para quien va manejando puede ser una herramienta ya que te informa del reporte vial, para un estudiante de periodismo "tarea", para un adolescente una forma de medir su nivel de "inn"idad, para mí es una pasión, un mundo ilimitado de posibilidades para lo que se quiera, pero desgraciadamente para los directivos (algunos) es una forma más de hacer dinero.

¿Qué es la radio?, nos hemos olvidado o quizás no conocemos lo que en realidad significa "hacer radio" ya que ese medio tan entrañable, cercano y cálido se ha convertido cada vez más en una forma más de vender, de engañar a la gente, de "tiranizarnos" al creer que las "audiencias" son seres sin voluntad a los que hay que decirles que vestir, dónde comprar, qué comer e inclusive qué escuchar, la radio está siguiendo el paso a su prima (la vergüenza de la familia) y juntas están siendo cómplices y una va llevando a la otra (ya que los padrote-directivos que encabezan la toma de decisiones en ambas) suelen ser en muchos casos una misma persona ó familia.

Tuve la fortuna (ó desgracia) de aprender de los revolucionarios de la radio, de la radio de "a de veras", no la gente que "se impone" (como algunos pseudo- escritores que gracias a su labor de lambisconería se han ganado cargos de "agregados culturales" en algunas representaciones diplomáticas de México en otros países), los cuáles espero no toparme en la calle aquí en Barcelona, no ...... hablo de gente de verdad, que no necesitaba "imponer un respeto", sino que se lo ganaba, gente que amaba su trabajo y respetaba al radioescucha, gente comprometida con el aire, personas que a cada instante del día piensan en cómo hacer mejor su trabajo y qué contenidos compartir, gente que lucha y que valora enormemente lo que es HACER RADIO, que tiene muy grabado en la consciencia que Radio (con mayúscula) es lo que pasa entre canción y canción.

Afortunadamente (si de algo puedo presumir) es que me cuento dentro de la limitadísima lista de éstos últimos, y sigo siendo una Quijota que lucha contra los gigantes (que en realidad si nos basáramos en su escala moral serían menos que insignificantes pigmeos) directivos de algunos grupos radiofónicos que no saben de qué se trata, que creen que la radio es una caja registradora y que la calidad es inversamente proporcional a la cantidad.

Creo en la buena radio, y saben porqué?, porque existe, porque la he hecho, porque es la única radio que sé hacer, y porque gracias a Dios desde hace 11 años no dejo de aprender de ella y de recrearla, y le agradezco a la vida defender esto que creo, que al final del día, es lo que soy, y más le agradezco al Cielo haber tenido la oportunidad de poder decírselo al imbécil director de una estación local en Barcelona que no tiene la más remota idea de la responsabilidad, el amor y la pasión que es necesario invertir para estar detrás de un micrófono.

Con todo el orgullo para mis ovarios (por no haber firmado una mentira), por haber salido por la puerta grande y la frente alta, y para ese desgraciado (como dicen aquí en la madre Patria: "que le den!").